Quién fue John Pierpont Morgan

Quién fue Morgan y cuál fue su aporte al sistema financiero John Pierpont Morgan fue un empresario, banquero y coleccionista de arte estadounidense que dominó las finanzas corporativas y la consolidación industrial de su época. JP Morgan fusiono Edison General Electric y Thompson-Houston Electric Company para formar la General Electric Company en 1891, financió la creación de la Federal Steel Company y la fusión de la Carnegie Steel Company de Andrew Carnegie y varias compañías más del sector del hierro y del acero para formar en 1901 la United States Steel Corporation mejor conocida como U.S. Steel. Se asoció con el empresario irlandés William Pirrie, de los astilleros Harland and Wolff, para la fundación del trust naviero, International Mercantile Marine Company quién creó el RMS Titanic.

John Pierpont Morgan

Sí quieres saber quien fue el banquero con el mayor poder e influencia del siglo XIX en la economía norteamericana quédate hasta el final de este video.

Morgan nació en 1837, desde muy pequeño fue fuertemente enseñado por su padre Junius Spencer Morgan las técnicas que él usaba para fusionar empresas y hacerlas rentables pero de una manera muy segura, casi sin riesgos, después de graduarse de la preparatoria en una escuela en Boston en 1854, estudió en Europa, donde aprendió francés y alemán, luego regresó a Nueva York en 1857 para comenzar su carrera financiera en la empresa de su padre, Junius S. Morgan, en la sucursal de Londres, y emigró a la ciudad de Nueva York un año después. Allí trabajó en la firma Duncan, Sherman & Company, de 1860 a 1864 trabajó como agente en Nueva York para la firma de su padre como J. Pierpont Morgan & Company que antes se llamaba George Peabody & Co. era una de las pocas casas de banca en Nueva York que realizaba negocios internacionales, lo que le ofrecía muchas posibilidades de formación a Pierpont; en concreto, su trabajo le permitió viajar a menudo por el Caribe, obteniendo conocimientos sobre la industria del azúcar y el algodón.

En esta empresa conoció a Charles H. Dabney, uno de los contables más expertos de la ciudad y con quien más tarde se asociaría. Pronto fue adquiriendo puestos de mayor responsabilidad, si bien seguía bajo la tutela de Junius Morgan. Los primeros intentos por realizar una actividad al margen de su padre fueron algunas aventuras especulativas sin la aprobación de sus superiores, que fueron muy criticadas por su padre y que pusieron de manifiesto la distinta manera de entender los negocios de Junius y John Pierpont.

John Pierpont Morgan se casó en 1859 con Amelia Syurges, una mujer de la que estaba profundamente enamorado y que murió pocos meses después de casarse. Algunos de sus biógrafos consideran que este hecho marcó su vida ya que después de perder lo que más le importaba en la vida, se hizo más audaz y arriesgado en los negocios. En 1865 se volvió a casar con Frances Louise Tracey y tuvo 4 hijos.

En 1861, con sólo 24 años fundó su propia empresa, J.P Morgan & Co., actuando como agente americano de la empresa de su padre en Londres, ese mismo año estalló la guerra civil norteamericana, Morgan entró en contacto con el gobierno para adquirir rifles anticuados del ejército que se habían utilizado en la guerra entre Estados Unidos y México por solo 3,50 dólares cada uno. El socio de Morgan los arregló para revenderlos posteriormente por 22 dólares. El ejército se enteró de que estaba recomprando sus propias armas, pero lo que se llegó a denominar «escándalo» resultó ser más bien un caso de ineficiencia gubernamental que un acto fraudulento de Morgan (el cual, entre otras cosas, no había llegado a ver los rifles en ningún momento, y sólo actuaba como financiero).

Entre 1864 y 1871 fue miembro de la Dabney, Morgan & Company, que se disolvió ese año y se unió a Anthony Drexel de Filadelfia para formar Drexel, Morgan and Company.

Terminando la Guerra Civil J. P. Morgan quería trascender en la historia de los hombres más ricos y recordados de la historia pero sabía que con los crecimientos normales por fusionar compañías como le enseño su padre no lo iba a lograr, él quería poseer grandes compañías como la de Andrew Carnegie con el acero o la de Rockefeller de Petróleo con suculentos rendimientos, así que tuvo una gran visión sobre cuáles iban a ser los sectores centrales que convertirían a la economía norteamericana en la primera potencia industrial, sabía que en la innovación y en la tecnología podría encontrar el camino.

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Por eso es que en 1880 financió a Thomas Alva Edison, y participó en el establecimiento de la compañía Edison Electric Ligth. De igual manera apostó en la capitalización de empresas como American Telephone & Telegraph (AT&T) de Alexander Graham Bell, el inventor del teléfono, General Motors y DuPont.

El ascenso al poder de Morgan estuvo acompañado por dramáticas batallas financieras; le quitó el control de los Ferrocarriles Albany and Susquehanna a Jay Gould y Jim Fisk en 1869; dirigió el lobby que rompió los privilegios para las finanzas gubernamentales de Jay Cooke, y pronto se vio involucrado en desarrollar y financiar un imperio ferroviario a través de operaciones mercantiles en todas partes de los Estados Unidos.

Amasó grandes sumas de dinero en Europa, pero, en lugar de limitarse a reinvertir los fondos, ayudó a los ferrocarriles a reorganizarse y lograr un mayor rendimiento. Luchó contra los especuladores, interesados en meras ganancias a corto plazo, y creó una nueva visión de un sistema integrado de transporte.

La enorme competencia en este sector permitió la creación de multitud de compañías ferroviarias, muchas de ellas de escasa o nula rentabilidad, hasta tal punto que entre 1875 y 1885 quebraron más de 400 compañías. Ante dicha situación, Morgan se reunió con los presidentes de las principales compañías ferroviarias en su Yate para “organizar la competencia”, creando nuevas leyes y acuerdos para regular el sector. De ese modo logró unificar las tarifas y crear un grupo liderado por él mismo, reorganizó el ferrocarril de Nueva York, la Costa Occidental y Búfalo, arrendándoselo después a la Nueva York Central. En 1886, reorganizó la compañía Filadelfia and Reading, y, en 1888, el Chesapeake and Ohio.

Después de que el Congreso aprobara la «Interstate Commerce Act» de 1887, Morgan organizó conferencias en 1889 y 1890 que reunieron a presidentes ferroviarios para ayudar a la industria a seguir las nuevas leyes y acuerdos establecidos para el mantenimiento de unas «tasas públicas, razonables, uniformes y estables». Las conferencias fueron las primeras de su clase, y crearon una comunidad con un interés común entre las compañías del sector, preparando el terreno para las grandes fusiones de principios del siglo XX con lo que llegó a tener más de 5.000 millas de ferrocarril.

En 1890 la casa Morgan prestó al banco central de Egipto, financió proyectos argentinos de obras públicas y financió la construcción de los ferrocarriles rusos, entre otras operaciones.

En 1892, la Guerra de las Corrientes entre Nikola Tesla y Edison llegó a su fin cuando J.P. Morgan se fusionó con Thomson-Houston ya que en acciones era la más fuerte de las dos compañías, y diseñó un acuerdo anunciado el 15 de abril de 1892 que otorgaba a la gerencia de Thomson-Houston el control de la nueva compañía, que fue el principio de la moderna multinacional conocida como General Electric (dejando caer el nombre de Edison). Thomas Edison no estaba al tanto del trato hasta el día antes de que se suscribiera. General Electric en ese momento controlaba las tres cuartas partes del suministro eléctrico de los Estados Unidos y competía directamente con Westinghouse por el mercado de la corriente alterna.

Tras la muerte de Anthony Drexel, en 1895, la compañía pasó a llamarse J. P. Morgan & Company. Seguía conservando sus lazos con la Drexel & Company en Filadelfia, la Morgan, Harjes & Company en París y la J. S. Morgan & Company en Londres. Para el año 1900, era una de las entidades bancarias más importantes del mundo, llevando a cabo grandes negocios, especialmente fusiones y adquisiciones. Morgan tuvo muchos socios a lo largo de los años, pero se mantuvo siempre al mando.

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Morgan se especializó en comprar empresas con problemas y reorganizar sus estructuras de negocio y su gestión para volver a hacerlas rentables. Su reputación como banquero y financiero era ya tan alta que le ayudaba a atraer el interés de los inversores en los negocios que compraba. Contribuyó a la consolidación de grandes grupos empresariales, logrando acuerdos entre empresas que habían sido enemigos acérrimos como la industria de agricultura International Harvester que fue reorganizada financieramente entre 1892 y 1902.

A medida que se iban consolidando esos grandes conglomerados industriales, colocaba a personas de su confianza en los consejos de administración de las nuevas empresas creadas.

En 1895, en el momento económico más bajo tras la depresión económica de 1893, el Tesoro Federal estaba casi sin oro en sus reservas. El presidente Grover Cleveland llegó a un acuerdo con Morgan para crear un sindicato privado en Wall Street para proveer al Tesoro de los Estados Unidos con 65 millones de dólares en oro, la mitad procedente de Europa, para emitir deuda del tesoro que permitiese recuperar las arcas del tesoro hasta un superávit de 100 millones. El episodio salvó al tesoro, pero dañó políticamente a Cleveland a través del ala agraria de su partido, el Partido Demócrata, y se convirtió en un tema clave de las elecciones de 1896, cuando los bancos se convirtieron en el objeto de los ataques de William Jennings Bryan. Morgan y el resto de banqueros de Wall Street hicieron fuertes donaciones al candidato republicano, William McKinley, que resultó elegido en 1896 y reelegido en 1900.

En el año 1900 financia con 150.000 dólares y le cede un predio en Long Island a Nikola Tesla para hacer la Torre Wardenclyffe; lo que prometía ser un transmisor de radio de alta potencia para comunicaciones trasatlánticas. A principios de la primera década de 1900, él y sus socios tenían cuantiosas inversiones financieras en muchas grandes corporaciones. En 1901 era uno de los hombres más ricos del mundo porque compró Carnegie Steel Company a Andrew Carnegie por 480 millones de dólares convirtiéndo a Andrew Carnegie en el hombre más rico del mundo hasta el momento con un aproximado de 2.1% del PIB de Estados Unidos, algo parecido a la empresa china que quebró Evergrande. Ese mismo año, Morgan fusionó Carnegie Steel con un grupo de otras empresas siderúrgicas para formar U.S. Steel, la primera corporación de mil millones de dólares del mundo.

J.P. Morgan creó un trust de empresas llamado International Mercantile Marine Company a principios del siglo XX en un intento por monopolizar el comercio marítimo.

La función de Morgan fue evolucionando con el paso de los años. Siendo norteamericano, no podía ser directamente propietario de barcos británicos, pero sí podía poseer a la compañía que poseía dichos barcos.​ En 1902, la IMM transportó a 64 738 pasajeros, una cifra que respondía a la elevada inmigración a los Estados Unidos. La IMM había firmado un acuerdo con dos de las compañías navieras alemanas más importantes, Norddeutscher Lloyd y HAPAG, las cuales trasladaron a un total de 66 838 pasajeros. El acuerdo entre Morgan y las empresas alemanas, firmado en Nueva York el 20 de febrero de 1902, era un paso clave en la formación de la que se convertiría en la IMM, pero no acotó plenamente la tradicional y antigua fricción competitiva entre las principales navieras alemanas y las empresas británicas.

Ya en 1903, Tesla había gastado toda la inversión inicial sin completar el proyecto; además Marconi había realizado una transmisión transatlántica con un equipo mucho más barato (aunque usando patentes de Tesla). Entonces Morgan declinó refinanciar más este proyecto. Tesla intentó generar mayor interés en la Torre Wanderclyffe revelando la capacidad de transmitir electricidad de forma inalámbrica, pero con la pérdida de los fondos de Morgan, y la situación de Wall Street en 1903, su proyecto nunca fue completado.

Las reacciones en el Reino Unido ayudaron a intensificar las rivalidades con Alemania. Poco después de la creación de la IMM, la Cunard Line, una de las principales compañías británicas independientes de mayor significancia, recibió subvenciones del gobierno británico para la construcción de dos grandes transatlánticos, el Lusitania y el Mauretania, los cuales fueron puestos en servicio a finales de 1907.

La International Mercantile Marine Company tuvo una respuesta competitiva 1908, cuando el astillero Harland & Wolff fue autorizado a construir un nuevo trío de buques, conocidos como la clase Olympic para la White Star Line: el Olympic, el RMS Titanic y el Britannic.

Morgan fue una pieza clave tanto en la configuración de la nueva economía estadounidense como en la creación del nuevo perfil público de los más ricos y poderosos. Hoy consideramos la ostentación de riqueza como algo natural, pero a finales del siglo XIX y principios del XX, era algo novedoso en EE.UU. porque antes no era posible poder tener presencia en varios países por el simple hecho de que no había un sistema de transporte adecuado como automotores, aviones, grandes buques ni toda la tecnología que lo facilita hoy en día.

Conforme fue envejeciendo se distanció de los negocios, dedicándose a su pasión: el arte.
Morgan no fue el típico millonario que compraba sin criterio para acumular grandes colecciones. Morgan coleccionaba con gusto y con conocimiento, y por ese motivo su legado artístico fue magnífico. A pesar de su distanciamiento de los negocios, ya era un hombre muy respetado y con la influencia de su banco que se extendió tan ampliamente por todo el sector financiero, cuando parece que se avecina otro colapso financiero en 1907 provocado por una retirada masiva de fondos y la quiebra de algunos fondos de inversión sometidos a escasa regulación y aunado la Bolsa cayó casi un 50% desde su máximo y las quiebras bancarias se sucedían cuyo hundimiento hubiera tirado abajo a la economía.

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Así que se reunió con el presidente de Estados Unidos Theodore Roosevelt y convocó a los principales banqueros de Nueva York y hacer que rescaten al Trust de sociedades fiduciarias, George Cortelyou, entonces Secretario del Tesoro, se trasladó a Nueva York para acordar acciones conjuntas de apoyo con Morgan.

Auditando a las instituciones bancarias con problemas y determinar sus necesidades de capitalización. «Fue capaz de enderezar la economía, cosa que un solo hombre no hubiera podido hacer más adelante, cuando la economía creció a mayor escala».

Estás medidas necesarias para evitar el colapso del sistema económico norteamericano fue el preámbulo para la creación de lo que hoy conocemos como la FED (Sistema de Reserva Federal o Banco Central de los Estados Unidos). El mismo Presidente Roosevelt agradeció públicamente, con sus palabras: “la admirable forma en la cual ustedes (Morgan y otros banqueros) habían manejado la presente crisis”.

Sin embargo, su actuación de ese momento fue muy criticada y en 1912 fue investigado por un Comité del Congreso dirigido por Arsène Pujo y se defendió públicamente ante el comité alegando, que contrariamente a lo que afirmaban, él siempre había actuado en defensa de los intereses nacionales, pero insistió en su creencia sobre la necesidad de organizar los mercados.

Es más, afirmó que si bien era posible que tuviese influencia en la economía norteamericana, lo que en otros momentos del interrogatorio negó, esta derivaba de la confianza y la reputación que se había ganado a lo largo de su carrera (“la confianza es la base de todos los negocios”), confianza que a su entender nada tenía que ver con el dinero. Un juicio tan severo, en un momento en el que estaba casi retirado tuvo un impacto negativo en su salud y le causó la muerte tres meses después.

Falleció en Roma mientras dormía 1913, el mismo año que se tuvo que crear la Reserva Federal de Estados Unidos. Legó la mayoría de su colección de arte al Museo Metropolitano de Arte de la ciudad de Nueva York. Dejó su fortuna y negocios a su hijo, Jack Pierpont Morgan. Su muerte causó gran conmoción en Estados Unidos, Wall Street cerró un día por duelo, algo poco común ya que ese suceso solo pasaba por el fallecimiento de un presidente.

El hecho de que los Morgan tuvieran oficinas a los dos lados del Atlántico fue determinante para su éxito porque las diferentes casas disponían de información en un momento en el que la información veraz y certera era escasa y cara. Morgan fue capaz de suministrar multitud de servicios financieros, desde la concesión de créditos para el comercio internacional, a operaciones de cambio o créditos a gobiernos.

Te dejo una cita de John Pierpont Morgan “Cuando se espera que las cosas sucedan, por extraño que parezca, llegan a suceder”

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